La psicoterapia infantil es la terapia basada en métodos y técnicas enfocadas a ayudar y solventar los problemas psicológicos de los más pequeños. Es una intervención terapéutica cuyo objetivo principal es mejorar el bienestar emocional y social del menor.

Con esta práctica se capacita a los niños a desarrollar y establecer una autoestima sana. Además, con la psicoterapia infantil se logra mejorar las habilidades sociales y comunicativas, así como la inteligencia relacional y emocional de estos pacientes pediátricos.

¿En qué situaciones es recomendable la psicoterapia infantil?

Una vez que ha quedado claro qué es la psicoterapia infantil, conviene explicar cuándo iniciar la psicoterapia infantil o cuándo es recomendable empezar estas terapias con niños.

De manera general, la psicoterapia infantil es necesaria cuando los menores sufren algún tipo de dificultades emocionales o psicológicas derivadas de alguna situación traumática, como por ejemplo: divorcios, disputas familiares, acoso escolar o bullying y procesos de duelo.

También hay otro tipo de señales que indican la necesidad de estas terapias:

• Cuando existen trastornos de conducta o de aprendizaje.
• Bajo rendimiento escolar.
• Cambios en el apetito.
• Miedo irracional.
• Ausencia de habilidades sociales.
• Problemas de atención.

Intervenir es clave para atajar problemas de pequeños y evitar que se prolonguen en la vida adulta, y únicamente los profesionales capacitados podrán llevar a cabo esta intervención con éxito.

La terapia familiar es una forma de psicoterapia que se centra en el funcionamiento de la familia como un todo. El terapeuta trabaja con todos los miembros de la familia para identificar y resolver los problemas que están afectando a la unidad familiar.

Puede ser útil para una variedad de problemas, incluyendo:

• Comunicación deficiente
• Conflictos
• Problemas de comportamiento
• Trastornos de la salud mental
• Trastornos del desarrollo
• Adicciones

Además, aporta la posibilidad de ayudar a las familias a mejorar su comunicación, resolver conflictos, desarrollar habilidades de afrontamiento y mejorar la satisfacción familiar.

La terapia familiar se basa en la idea de que la familia es un sistema. Esto significa que todos los miembros de la familia están interrelacionados y que el comportamiento de un miembro de la familia puede afectar al comportamiento de los demás.

El terapeuta familiar ayuda a los miembros de la familia a comprender cómo sus comportamientos afectan a los demás. También ayuda a los miembros de la familia a desarrollar nuevas formas de interactuar entre sí.